lunes, 13 de julio de 2015

Afortunada




Es que tú eres una persona muy afortunada.  Me dice todo el mundo.  Yo sonrió y asiento. 
Pero, eso me ha llevado a pensar que creen que toda mi vida ha sido gracias a mi suerte y no a mi lucha.  Una lucha como la lluvia misma; pertinaz y constante.
Nací y me crie en un "hogar" incompleto.  En un hogar sin padre.  Aun así fuimos 7 hermanos completos.
Nos criaron con muchas privaciones.  Lo cual no se notaba demasiado ya que todo el mundo; nuestro mundo por supuesto, carecía de muchas cosas, por no decir de casi todo. 
Recibí educación en escuelas pública y en universidad pública también.  No hubo para libros y casi ni para cuadernos pero a fuerza de lidia y mucho empeño lo logré; terminé la escuela primero y luego el colegio y por último y por supuesto igual de importante la universidad.
Para cuando me gradué,  ya tenía un hijo primero y un esposo; y llevaba una casa y lógicamente mi propia familia.  Así que no fue sencillo pero lo logré.  Claro que eso pasó únicamente porque soy muy afortunada.
Después nos fuimos a vivir a una nueva ciudad, sin conocer a nadie.  Ahí de nuevo la fortuna me sonrió y me dio dos hermanas primero y al cabo de unos años llegó otra más.  Eso sí fue realmente una fortuna.
Seguí luchando, seguimos luchando para ser más sincera y exacta y nuestra familia creció y fueron ya no un hijo sino dos.  Dos hermosos muchachos; un varón y una hembra.  Los que llegaron a llenarme de alegrías y sonrisas.  Bueno… lágrimas hubo.  Pero fueron las menos no las más.  Todo, por supuesto, gracias a mi buena suerte o mi buena fortuna.  No fue, que yo hiciera lo mío y amara y educara y luchara y trabajara y me esforzara y siguiera luchando.  No; es que Dios en su infinita bondad y sabiduría me dio tres  ángeles para que a mi vida solo sonrisas llegaran.
Es que yo debo admitir que soy una mujer muy afortunada.

Patricia Lara P.

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