Es que tú eres una
persona muy afortunada. Me dice todo el mundo. Yo sonrió y
asiento.
Pero, eso me ha
llevado a pensar que creen que toda mi vida ha sido gracias a mi suerte y no a
mi lucha. Una lucha como la lluvia misma; pertinaz y constante.
Nací y me crie en un "hogar" incompleto. En un hogar sin padre. Aun así fuimos 7 hermanos completos.
Nací y me crie en un "hogar" incompleto. En un hogar sin padre. Aun así fuimos 7 hermanos completos.
Nos criaron con
muchas privaciones. Lo cual no se notaba demasiado ya que todo el mundo;
nuestro mundo por supuesto, carecía de muchas cosas, por no decir de casi
todo.
Recibí educación en
escuelas pública y en universidad pública también. No hubo para libros y
casi ni para cuadernos pero a fuerza de lidia y mucho empeño lo logré; terminé
la escuela primero y luego el colegio y por último y por supuesto igual de
importante la universidad.
Para cuando me gradué,
ya tenía un hijo primero y un esposo; y
llevaba una casa y lógicamente mi propia familia. Así que no fue sencillo
pero lo logré. Claro que eso pasó únicamente porque soy muy afortunada.
Después nos fuimos
a vivir a una nueva ciudad, sin conocer a nadie. Ahí de nuevo la fortuna
me sonrió y me dio dos hermanas primero y al cabo de unos años llegó otra más. Eso sí fue realmente una fortuna.
Seguí luchando,
seguimos luchando para ser más sincera y exacta y nuestra familia creció y
fueron ya no un hijo sino dos. Dos
hermosos muchachos; un varón y una hembra.
Los que llegaron a llenarme de alegrías y sonrisas. Bueno… lágrimas hubo. Pero fueron las menos no las más. Todo, por supuesto, gracias a mi buena suerte
o mi buena fortuna. No fue, que yo
hiciera lo mío y amara y educara y luchara y trabajara y me esforzara y
siguiera luchando. No; es que Dios en su
infinita bondad y sabiduría me dio tres ángeles para que a mi vida solo sonrisas
llegaran.
Es que yo debo
admitir que soy una mujer muy afortunada.
Patricia Lara P.
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