lunes, 15 de junio de 2015

Orando y cocinando





Era como si hubiera encontrado la forma perfecta de castigarnos.  Comida nunca faltaba en nuestra casa; ¡pero era tan maluca!  ¡Estaba tan mal preparada!, que parecía imposible que no lo hiciera a propósito. 
No solo se veía mal.  Sabía pésimo y la impresión al verla era exactamente esa.
Siempre se notaba apurada al elaborar los alimentos y afirmaba con una sonrisa en la cara.  "Todo está delicioso pues le eche de todo" y continuaba sonriendo y enumerando los ingredientes: "cebolla, tomate, sal, cebolla, tomate".
Hoy por hoy  es una  charla o en broma en mi propia familia. 
Pero era realmente terrible tener que comer sus comidas cotidianas.
A decir verdad había días en que preparaba cenas especiales, que le quedaban realmente bien.  Pero eran las menos en una vida tan larga.
Yo hoy por hoy cocino agradeciendo el pan diario y trato de hacerlo todo bien y rico. Lo hago muy despacio y a conciencia.
La comida no se encuentra por ahí, así nada más y hay que agradecer que siempre tenemos cosas ricas que poner en nuestros platos.
Orando y cocinando se puede decir… Gracias.

Patricia Lara P

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