Era como
si hubiera encontrado la forma perfecta de castigarnos. Comida nunca
faltaba en nuestra casa; ¡pero era tan maluca! ¡Estaba tan mal preparada!,
que parecía imposible que no lo hiciera a propósito.
No solo se veía mal. Sabía pésimo y la impresión al verla era exactamente esa.
Siempre se notaba apurada al elaborar los alimentos y afirmaba con una sonrisa en la cara. "Todo está delicioso pues le eche de todo" y continuaba sonriendo y enumerando los ingredientes: "cebolla, tomate, sal, cebolla, tomate".
Hoy por hoy es una charla o en broma en mi propia familia.
No solo se veía mal. Sabía pésimo y la impresión al verla era exactamente esa.
Siempre se notaba apurada al elaborar los alimentos y afirmaba con una sonrisa en la cara. "Todo está delicioso pues le eche de todo" y continuaba sonriendo y enumerando los ingredientes: "cebolla, tomate, sal, cebolla, tomate".
Hoy por hoy es una charla o en broma en mi propia familia.
Pero era
realmente terrible tener que comer sus comidas cotidianas.
A decir
verdad había días en que preparaba cenas especiales, que le quedaban realmente
bien. Pero eran las menos en una vida tan larga.
Yo hoy
por hoy cocino agradeciendo el pan diario y trato de hacerlo todo bien y
rico. Lo hago muy despacio y a conciencia.
La comida no se encuentra por ahí, así nada más y hay que agradecer que siempre tenemos cosas ricas que poner en nuestros platos.
Orando y cocinando se puede decir… Gracias.
La comida no se encuentra por ahí, así nada más y hay que agradecer que siempre tenemos cosas ricas que poner en nuestros platos.
Orando y cocinando se puede decir… Gracias.
Patricia Lara P
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