lunes, 15 de junio de 2015

La venganza es dulce.




Se queda en silencio observando la locura que todos los eventos ocasionan en él.  Su rostro simula preocupación mientras su interior bulle de alegría.  Le está cobrando con creces cada lágrima derramada.  Cada angustia sentida.  Cada humillación infligida.
Lo mejor de todo, es que él la siente cercana y preocupada y le expresa cada uno de sus sentimientos y ella; aprovecha para poner en cada frase o mirada un poco más de sal en sus heridas.
La venganza es dulce... muy dulce.

Patricia Lara P.

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