He estado teniendo unos sueños extraños. Nada más cumplí 60 años y mis sueños empezaron a ser muy vívidos. Sé que llaman a mi puerta, abro y allí en el dintel esta este hombre. Joven, muy joven. Unos 28 a 30 años. Hermoso, atlético, con unos dientes de comercial de dentífrico y unos ojos absolutamente negros y brillantes. Relumbran como un par de estrellas en noche sin luna. Me mira directo a los ojos y sin mediar palabra me toma entre sus brazos fuertes y me besa. ¡Ay Dios mío! Yo me quedo sin aliento y cierro los ojos. Como en medio de un vahído el me lleva por todos los rincones de mi casa mientras me hace ver y sentir infinidad de sensaciones que van explotando en mi cuerpo, en mi cerebro, en mi sexo.
No sé si me he vuelto loca
total. Pero ahora solo vivo para él, para esos sueños. No deseo
despertar jamás... yo ahora solo deseo dormir.
Patricia Lara P.
No hay comentarios:
Publicar un comentario