miércoles, 7 de julio de 2010

Cosas que pasan

Fui al médico por mis exámenes de control, rutina mas bien.  Cada año me practican análisis varios para encontrar que estoy supremamente bien.  Gracias a Dios siempre ha sido así y aun cuando en este momento solo tengo las fórmulas para ellos; sé que no será diferente en esta oportunidad.
Me gusta caminar y si el día está fresco es más rico aún; así que como la clínica queda relativamente cerca decidí hacerlo y regresar a mi casa a paso lento mirando el mundo y sus placeres, jajajaja.
Compro maní y camino muy tranquilamente, está relativamente sola la calle y yo disfruto mis pensamientos pensantes mientras miro las plantas, los negocios abiertos esperando clientes y los animales.  Me aproximo al aeropuerto y espero que me toque ver uno de los aterrizajes.  Lástima, no es hora así que sigo metida en mi misma.
De pronto siento que alguien me agarra una posadera.  Toda una mano me toma de la nalga y yo grito.  El sujeto que medio alcanzo a ver va en bicicleta y es un niño de unos 13 o 14 años a lo sumo. El acelera y se pierde en la distancia.  
Después del grito pues me da algo de risa, no sé si nerviosa o qué pero me da risa y sigo caminando sin cambiar incluso de velocidad.  Sencillamente sigo caminando y pensando que muy seguramente en unos años ese muchachito se puede convertir en violador o cosa parecida.  No se me hace normal que un niño ande por ahí robando tocadas de nalgas a señoras y menos una señora de mi edad.
Sigo pensando y de pronto abro los ojos y pienso.  !Hijuemichica!  No quería agarrarme la nalga sino robarme el celular que llevo en el bolsillo trasero  de mi pantalón.  Dirijo mi mano atrás y no.  Ahí sigue el teléfono, lo cual me da más risa aún, pues recuerdo un chiste según el cual a una dama le meten la mano entre el brasier y ella piensa que lleva buenas intenciones hasta que se da cuenta que le robaron el dinero que ahí tenía, jajajajaja.
Pienso entre mis adentros que el “pelaito” tenía buenas intenciones y sigo mi camino pensando en qué lleva a un muchacho a atentar contra alguien de esa manera y qué será de él en unos cuantos años más.

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