Soy mamá
Y no es que sea como mi mamá; no, yo quise ser otra muy diferente a la mía, y creo que lo hice. Y a pesar de haberlo hecho casi todo distinto o sobre todo por eso, cometí infinidad de diferentes errores. Errores desde el amor y por amor. Sonará raro, pero así fue.
Bueno, cuando tuve en mis brazos mi hijo tuve un enorme terror. Yo no paraba de mirarlo, para ver que respirara correctamente, no permitía que un insecto se le acercara, pocas personas tenían acceso a él. El miedo a que lo dañaran era terrible. Yo no soportaba dejarlo llorar, fui a pesar de las dificultades una mamá canguro. Por mí, mi hijo no habría pisado el suelo. Y claro con el correr del tiempo me enteré que tanto amor ahoga, empalaga y no deja crecer plenamente. Ya grandecito, nos tocó vivir una ola de suicidios; de suicidas muy cercanos. Su acto de graduación de bachiller fue terriblemente doloroso, pues graduaron a uno de sus compañeros que se había quitado la vida. Fue en serio horripilante. Después fue una sucesión de chicos y chicas, como uno al año. Que se fueron yendo; así que yo no soportaba una puerta cerrada, ni demasiado silencio.
El terror cuando nació mi hija fue el mismo, pero acrecentado por el hecho de ser mujer. Según yo, las mujeres corremos aún más peligros. En su vida también hubo al menos una niña que tomó ese camino. Y claro, el miedo mío de madre no paraba.
Y eso hablando solo de los suicidios. Ser mamá es tener miedo. Un miedo constante.
Patricia Lara Pachón
>^-^<
No hay comentarios:
Publicar un comentario