sábado, 13 de febrero de 2021

360

360

Trescientos sesenta días mirando al mundo morir de a poco. Trescientas sesenta sesiones agónicas de malas noticias en tv y visitas virtuales desde el mirador digital del cuarto de pánico en el que se aisló. Trescientos sesenta días atisbando por la mirilla, con el ojo agotado, las pupilas dilatadas y la esperanza perdida.  Fueron infructuosos sus intentos de comunicación con el exterior o de digitar una contraseña que por fin le permitiera salir.  Le ganaron el miedo, la sed de palabras y abrazos y la certeza de que nadie le extrañaba.  El tiempo se alió con la espera y la incertidumbre, los cabellos se le encanecieron a la par que su rostro comenzó a mostrar signos de un envejecimiento poco propio de sus cuarenta y tres años recién cumplidos.  A oscuras, Laureano sintió el peso de su cuerpo cansado y dejó de caminar, posándose en un puff ubicado en la esquina derecha, cerca al panel de control de los servicios electrónicos del cuarto, que hacía 6 horas (¡360 minutos!) habían dejado de funcionar. Su respiración, antes jadeante, se tornó lenta y superficial, hasta volverse casi imperceptible. Todo esto que le pasaba era incomprensible pero, después del fallo de su casa inteligente, adquirida casi un año atrás, ¿qué más podía esperar?   Lejos, muy lejos, quedaban ya el entusiasmo inicial y la alegría de ser pionero en el uso de esta novedosa tecnología, tan lejos como el recuerdo de la noticia de la pandemia, el inicio de la cuarentena y la señal de alarma en la que la asistente electrónica le indicaba que debía resguardarse en aquella habitación que ahora le asfixiaba.

No supo si fue una mala jugada de su mente, o si lo soñó:  alcanzó a ver que la puerta del cuarto se abría para dar paso a dos sujetos con trajes de protección y máscaras especiales.  Una fuerte luz lastimó sus ojos y, justo antes de que se cerraran para siempre, escuchó a uno de ellos decir: "experimento 360 culminado, despejen el área y preparen el próximo ingreso".
Afuera, en la fachada de la casa, muy cerca del borde del pequeño jardín, una joven ejecutiva, muy atractiva y muy pulcramente ataviada, fija un cartel que reza: *CASA INTELIGENTE EN VENTA*
*Inmobiliaria 3-60*
_*Vive con nosotros una experiencia de 360 grados.*_

B. Osiris B.

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