Los susurradores
Apenas abren sus ojos
y sus bocas
Ven de soslayo
y un brillo maligno verdea sus miradas
Verdes de envidia
La bilis los distrae.
Los susurradores temen y desean ser bien escuchados
Hacen alarde de sus bondades
Pero serán todo menos eso.
Impregnan el veneno
En dosis muy pequeñas
Pero constantes
Ellos
Los susurradores
Temen tanto los silencios
Cómo los ruidos fuertes.
Su maldad se nutre de los susurros.
Patricia Lara P
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