domingo, 30 de diciembre de 2018

Invisibilidad

Ingresé a la clínica en forma normal.  Agarrar turno de una máquina.  Triage con toma de presión arterial y referir el accidente.  Luego de un buen rato atención del médico general.  Retirar el vendaje y cuento de nuevo.  La radiografía e historia médica de la isla no sirvió para nada.
Había que realizar nuevos exámenes.  Me hicieron sentar en un rincón de la clínica desde el cual escuchaba personas que no veía y nada más.
Al cabo de un buen rato y de sentirme en el limbo voy a buscar personas.  Alguien que me haga sentir que en realidad existo.  Que aún no soy una sombra.
Pasa el tiempo.  Viene alguien que se sienta en una de las sillas afirmando que hace mucho frío.  Se cobija bien el pecho, las piernas, los brazos y hasta parte de la cara.  Yo pienso que tener los pies descubiertos y calzados con sandalias no le va a ayudar a entrar en calor.
Luego de un par de minutos la señora ronca.  Un sonido estentóreo brota de boca y nariz.  Al observarla más también concluyo que ella es un ruido durmiente.
Aún no llega el camillero a llevarme y sigo sintiéndome olvidada.  Llegan dos personas más con un enfermero.  Empezamos a hablar y les refiero mi hisotoria, mi inconformismo.  
El enfermero me escucha sin opinar.  Pero presta atención.  Se retira y al cabo de un par de minutos regresa.  "Señora, me dice, pase que la van a atender ya".   Me causa suma curiosidad pues me habían dicho que se podían tardar un par de horas.
Llego a donde está el doctor y siento que quieren desembarazarse de mí (jajajajaja) al parecer mis quejas son fundadas y prefieren darme de alta.
Salgo después de pagar por una atención que siento no lo fue.

Patricia Lara P

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