Ingresé a la clínica en forma normal. Agarrar turno de
una máquina. Triage con toma de presión arterial y referir el accidente. Luego de
un buen rato atención del médico general. Retirar el vendaje y cuento
de nuevo. La radiografía e historia médica de la isla no sirvió para
nada.
Había que realizar nuevos exámenes. Me hicieron
sentar en un rincón de la clínica desde el cual escuchaba personas que
no veía y nada más.
Al cabo de un buen rato y de
sentirme en el limbo voy a buscar personas. Alguien que me haga sentir
que en realidad existo. Que aún no soy una sombra.
Pasa
el tiempo. Viene alguien que se sienta en una de las sillas afirmando
que hace mucho frío. Se cobija bien el pecho, las piernas, los brazos y
hasta parte de la cara. Yo pienso que tener los pies descubiertos y
calzados con sandalias no le va a ayudar a entrar en calor.
Luego
de un par de minutos la señora ronca. Un sonido estentóreo brota de
boca y nariz. Al observarla más también concluyo que ella es un ruido
durmiente.
Aún no llega el camillero a llevarme y sigo sintiéndome olvidada. Llegan dos personas más con un enfermero. Empezamos a hablar y les refiero mi hisotoria, mi inconformismo.
El enfermero me escucha sin opinar. Pero presta atención. Se retira y al cabo de un par de minutos regresa. "Señora, me dice, pase que la van a atender ya". Me causa suma curiosidad pues me habían dicho que se podían tardar un par de horas.
Llego a donde está el doctor y siento que quieren desembarazarse de mí (jajajajaja) al parecer mis quejas son fundadas y prefieren darme de alta.
Salgo después de pagar por una atención que siento no lo fue.
Patricia Lara P
No hay comentarios:
Publicar un comentario