Me regodeé en tu sonrisa
que es dulce a más no poder
y me descubrí siendo un ser
sumergido en la esperanza.
Y pensé que tu templanza
-ésa que a diario te impulsa-
hace a mi tristeza insulsa
y a mis males relegados.
Pensé que, estando a tu lado,
la vida es un Paraíso
donde quedan olvidados
todos los males del mundo.
Y pensé -¡y sentí!- un profundo
regocijo allá, en el alma.
Pensé en que tú me das calma,
y en tu próximo futuro:
te vi derribando muros
con tu sonrisa grandiosa
Te pensé -¡y te vi!-exitosa,
feliz y muy complacida
de haber venido a esta vida
para ser quien hoy ya eres.
Ten calma, no desesperes,
todo vendrá en su momento;
mientras tanto pienso -¡y siento!
que vamos por buen camino:
¡sigue, busca tu destino,
llena de amor y contento!
Para mí eres un portento
y siempre estaré a tu lado
(hasta ahora ha resultado,
así que ésa es la receta),
¡adelante!, ve y procura
seguir siempre en rectitud.
Cultívate en la virtud
y, ¿por qué no?, a veces tropieza
pero no olvides que ésa
será sólo una caída
y -por si acaso se te olvida-
recuerda... ¡aquí está mi mano!
Tanto pensé... ¡que te quiero...
que eres mi sol... que te amo!...
que pensé que a estos versos
nunca podría terminarlos.
Pero ya me pongo a eso,
ya termino mi poema,
agradeciendo al destino,
¡a la Divina Providencia!
por tu amor, por tu paciencia
y por todo tu cariño.
¡En fin, que te doy las gracias
por alegrar mi existencia!
Si en otra vida me dieran
opciones para escoger
te volvería a poner,
sin dudar, en mi camino,
¡porque cambiaste mi sino,
con ese "toque de Gracia"!
Acá está, mija, dedicado a mi nena.
B. Osiris B.