Fui al médico. No es que esté enferma ni mucho menos; solo fui por control. El me examinó cuidadosamente, me auscultó el pecho, me tomó la presión arterial, me pesó, me miró los ojos y la garganta y me dijo que me veía muy sana. Luego procedió a formularme el examen que era necesario -por control- y antes de despedirme y mientras pensaba sus propios pensamientos me dijo: "De todas formas todos en algún momento nos tenemos que ir" Yo; mirándolo fijamente a los ojos le dije que estaba plenamente de acuerdo y pensé: "tengo que cambiar de médico"
Al llegar a la casa y contar la historia a la familia me observaron con caras de horror y opinaron lo mismo que yo.
¡Cosas de médicos o de pacientes!
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