martes, 9 de noviembre de 2010

Pesadilla

Es muy temprano y reposo plácidamente en mi cama. Me gusta acariciarme la cabeza, rascarla. Así que meto mis dedos entre el cabello y encuentro un granito. Pienso en los primates que se sacan granos de sal e insectos al espulgarse unos a otros. Deposito con cuidado el granito a mi lado y mi mano regresa a mi cuello, mi espalda, mi cabeza. Una y otra vez lo hace. Se vuelve automático el movimiento. Al cabo de un rato de ensoñación regreso y veo un montículo a mi lado y solo mi mano va y vuelve.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mi tristeza

 Mi tristeza  Se dibujará sólo un instante en un brillo o en un oscurecimiento de mi mirada. De ahí en más. Si alguna vez acaso, se asoma po...