La larga noche febril
Exacerba los temores
que cobran vida en la penumbra.
Aprisiona lentamente a una calma hecha de pesares...
...¡lastima!
Abre el portal del pasado,
amalgama de sombras, risas y tristezas.
Soporífera y húmeda,
confunde a la razón,
entre uno y otro castañeteo
aprieta el cuerpo
y aligera la imaginación.
Reinan,
en la larga noche febril,
los fantasmas,
las visiones
que se cuelan
entre la humedad de las sábanas,
aderezando el frío del cuerpo
y del alma.
B. Osiris Bocaney
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