Les cuento que me sorprendió mucho ver
las calles de mi barrio llenas de papel picado dorado y plateado. Me
sorprendió pues no hubo partidos de fútbol, aun cuando tengo claro que no es la manera en que generalmente se celebran los triunfos de uno u otro equipo. Pensé y pensé y después de pensarlo mucho; llegué a la conclusión que había sido por las procesiones de
semana santa.
Me ofendí demasiado. Y ahí si cabe la palabra demasiado. Pues se supone que debemos cuidar nuestro amado planeta, nuestro barrio por lo menos, y pasarán semanas quizá meses antes de lograr recoger y "eliminar" todo ese basural.
Que triste, que no pensemos antes de actuar. O que cambiemos algo como la pirotecnia que ya de por si es no solo peligrosa sino contaminante por otro mal "menor".
Patricia Lara P
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