Yace ahí;
despierta
o creyéndolo al
menos.
Siente que observa
el cielo
y son sus cuencas
vacías las que lo hacen.
Su nariz respira un
aire cálido,
su alma se expande,
lo abraza todo.
Aún no se entera;
Aún no sabe ella,
que debe despertar
del sueño de la vida,
que conduce a la
muerte.
Plácida duerme
Ojalá no despierte
Ya que al hacerlo
revivirá…
La humillación, el
dolor lacerante.
El miedo atroz.
Patricia Lara
Pachón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario