martes, 16 de julio de 2013

Pesadillando





Fue un sueño muy extraño.  Había en él una pared grande, alta y muy blanca.  Y recostada a ella una momia con un sudario o vendaje (ni se cómo se llama) blanco también.  Tenía ella, la momia.   La barbilla apoyada en el pecho y solo estaba allí.  Yacía allí macabramente quieta.
Llega entonces un ser humano, supongo que vivo, supongo también que era mujer.  Se acerca a la pared y al hacerlo por supuesto; se acerca a la momia.  Pero se arrima tanto a ella que sus frentes se tocan.  Y de pronto; como en esas películas de acción; sí, de acción no de terror.  Hacen unos movimientos tales como de baile.  No se escucha música alguna, pero la sensación de danza es la que siento.  Los dos seres aquellos, bailan.  Una danza de vida y de muerte.  Algo hermoso a pesar de los personajes que los ejecutan y de las circunstancias como tal.
Luego de un momento corto o largo, no lo sé.  La danza cesa y la momia regresa a su sitio en la blanca pared, reclina de nuevo la barbilla en el pecho y se queda quieta... y el personaje vivo se aleja... como si nada acabara de suceder, se aleja.

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